Boda más allá de los cuarenta

Hoy las estadísticas de varios países nos hablan de un importante aumento del número de parejas que contraen matrimonio después de los 40 años de edad.

Algunos estudiosos atribuyen este aumento a los grandes cambios sociales que el mundo occidental ha venido viviendo en esta última década.

La brecha generacional ya no es un impedimento para las parejas y esto ha animado a viudos, divorciados y solteros que han pasado las cuarenta primaveras a estar más abiertos al compromiso y animarse a la vida de casados.

Los hombres tienen un papel crucial en esta decisión, pues muchos ya no consideran la edad madura como impedimento para tener hijos.

Hasta hace no mucho, ser padre después de los cuarenta significaba proyectarse como un padre que a futuro mantendría una brecha generacional muy grande respecto a un hijo.

Bodas de maduros

Sin embargo hoy día muchos hombres maduros se sienten más cerca de las generaciones jóvenes y comparten muchos pensamientos y modos de vida achicando esa brecha de manera significativa.

Muchos maduros de hoy aseguran que aunque han pasado los cuarenta se sienten muy vitales y juveniles, capaces de iniciar nuevas empresas y proyectos de vida tal como lo es el matrimonio.

Mientras que hace un par de décadas atrás era todavía llamativo ver parejas casarse teniendo diez, quince o veinte años de diferencia, hoy ya no es novedad y muchos han derribado esos tabúes demostrando que cuando existe verdadero amor, nada, ni siquiera la diferencia generacional pueden ser un obstáculo.

Esto ha significado que las posibilidades de parejas que contraen matrimonio se hayan multiplicado, y se han multiplicado por 2 las despedidas de solteros, restaurantes de bodas, organizadores de eventos, etc….

En países como España, existen ciudades donde las bodas de personas mayores de 40 años se han duplicado en tan sólo diez años.

En la otra punta del globo, en Argentina hay sitios donde ocurre lo mismo.

Esta tendencia no puede achacarse sólo a la cantidad de divorcios pues muchos de estos contrayentes provienen de un estado civil de soltería o viudez.

No es que antes los viudos y los solterones de más de cuarenta no tuvieran pareja, simplemente reusaban o no creían necesario asumir el matrimonio.

Boda a partir de los 40

Definitivamente la idea de “compromiso” estaba fuera de sus mentes.

Hoy esa actitud ha cambiado de manera notoria. Lo llamativo es que los solteros de esas generaciones que contraen matrimonio son cada vez más.

Los matrimonios de parejas con diferencias de edad notables ya no llaman la atención, y mucho menos si esas bodas son las de algunas estrellas de Hollywwod.

El ejemplo más reciente es el de Tom Cruise y Katie Holmes. Cruise le lleva 17 años a su actual esposa y sin embargo en ningún momento fué ese el centro de la noticia, lo cual para muchos pasó completamente inadvertido.

En sitios como La Coruña en España estos datos son doblemente significativos dado que en contraste las bodas de personas adolescentes han disminuído.

¿Podría esto significar una mayor toma de conciencia por parte de las personas respecto del compromiso que implica el matrimonio?

Muchos de esos jóvenes son hijos de padres divorciados y probablemente la experiencia personal de ver desmembrada su familia, haya despertado en sus conciencias una actitud de mayor respeto y seriedad en cuanto a lo que el compromiso del matrimonio se refiere.

Pero eso no es todo, y al hecho del aumento de las bodas de personas maduritas hay que agregar que el mestizaje en las bodas va creciendo de manera importante.

Esto se debe fundamentalmente a los movimientos migratorios permanentes que ocurren en todo el mundo, la posibilidad de comunicación global y la accesibilidad de viajar a cualquier punto del planeta en un tiempo relativamente corto, animan a las personas a emigrar buscando nuevos horizontes.

En España por ejemplo el 14 por ciento de las 30 mil bodas que tuvieron lugar el año pasado correspondieron a parejas de culturas diferentes.

De esta manera el concepto de pareja internacional va aumentando lentamente y a los contrayentes no parece ofrecerles ningún obstáculo el hecho de tener que compartir distintas costumbres, distinto idioma o diferente base de educación religiosa o moral.

En un mundo que crece en dirección hacia una cada vez mayor economía globalizada las bodas no podían ser menos, y en un futuro cercano no significará ninguna sorpresa ver a un esquimal contrayendo matrimonio con una mujer de la ciudad de Ushuaia en el extremo sur de la Argentina.

¿Cuál será el resultado de un mundo de parejas con tan alto grado de mestizaje?

Estamos seguros que en principio podría significar una mayor conciencia planetaria y una mayor aceptación y asimilación entre culturas diversas.

Además, si la tendencia de contraer matrimonio más allá de los 40 se sostiene, tal vez esos matrimonios definidos sobre una base con mayor madurez emocional puedan también ser más perdurables y alcanzar la promesa que muchos hoy no logran cumplir: “Hasta que la muerte los separe”.

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