Dolores Emocionales; El dolor Psicológico

El dolor físico es fácil de identificar, un dolor de cabeza por ejemplo sabemos dónde nos duele y podemos tomar un medicamento para disminuir este dolor, pero el dolor emocional es difícil identificar la causa de este e incluso identificar que es dolor emocional o psicológico.

El dolor emocional puede disfrazarse en forma de otros síntomas.

Los psicólogos de Psicosagra nos cuentan que, muchas veces, nos encontramos en consulta diversos síntomas, incluso físicos que son un reflejo del dolor psicológico y del bloqueo del dolor, por ejemplo síntomas de ansiedad, dolores de cabeza, cansancio, fibromialgia…

A veces el dolor físico puede ser menos intenso y doloroso que el dolor emocional, ya que este último de dolor pone de manifiesto traumas emocionales no resueltos.

En psicología identificamos diferentes tipos de traumas, aquellos fácilmente identificables como tal, por ejemplo la muerte de un ser querido, una enfermedad grave, un accidente de tráfico, grandes catástrofes,…

Estos traumas dejan huellas psicológicas, como imágenes intrusivas sobre lo sucedido, pérdida de apetito y/o sueño, perdida de la capacidad para sentir, anhedonia o disminución del placer, síntomas por los que se suele pedir una primera consulta psicológica.

Existen otros traumas, traumas que en un principio pueden no ser identificados como tal o pensar que tienen menos importancia, traumas por lo que en principio no se suele pedir una consulta psicológica, pero que con el paso del tiempo aumentan en intensidad y en gravedad para el paciente.

Traumas como estos son, por ejemplo, la separación de los padres para un niño, ya que puede significar para el niño la ruptura de esta idea de familia, sentimientos de culpabilidad, recuerdos sobre discusiones entre ambos padres…

Este trauma puede quedar sin resolver en el niño y posteriormente cuando se hace adulto en su propia relación de pareja sentirse como en aquel momento, con la idea de nuevo de no ser una familia perfecta y de que una discusión puede llevar a la ruptura de la pareja, con miedo incluso al abandono y la soledad.

Traumas psicológicos

Otro tipo de estos “pequeños” traumas son la pérdida de un trabajo, cuando un hijo se independiza y se va de casa, terminar la universidad, que un padre no pueda ver a su hijo en momentos importantes para él, una madre poco cariñosa que hace sentirse a su hijo poco importante y querido.

Este tipo de traumas son más difíciles de identificar muchas veces en la primera sesión psicoterapéutica, por eso una parte del trabajo psicoterapéutico consiste en hacer consciente a la persona durante la terapia con el psicólogo de cómo estos hechos le han producido dolor emocional para posteriormente conseguir procesar estos dolores psicológicos, buscando eliminar este dolor.

En nuestra consulta psicológica somos conscientes de que el trabajo de introspección que requiere esto par cada paciente es muy grande, el conocer las heridas emocionales es el primer paso para curarlas, pero este conocimiento al principio resulta doloroso.

El dolor psicológico es un dolor profundo, un dolor que va mucho más allá del dolor físico, un dolor que puede llegar a incapacitar.

El dolor psicológico puede llegar a mantenerte inmovilizado en la cama, sin poder levantarte.

A veces el dolor es tan profundo que no se puede llegar a gestionar las emociones que produce, teniendo que ser bloqueadas, pero estas emociones necesitan ser expresadas, pero en un marco de apoyo en una terapia.

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